Peliano costuma brincar que a poes-ia e foram os poetas que a trouxeram de volta! Uma de suas invenções mais ricas é conseguir por em palavras lirismos maravilhosos, aqueles que percebemos de repente e temos a impressão que não vamos conseguir exprimi-los. Exemplos: de Manoel de Barros -"Deixamos Bernardo de manhã em sua sepultura. De tarde o deserto já estava em nós"; de Ernesto Sabato - "Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía serán aptos para ... recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido"; de Thiago de Mello - "Faz escuro mas eu canto"; de Helen Keller - "Nunca se deve engatinhar quando o impulso é voar"; de Millôr Fernandes - "Sim, do mundo nada se leva. Mas é formidável ter uma porção de coisas a que dizer adeus". É como teria exclamado Michelangelo que não fora ele quem esculpiu Davi, pois este já estava pronto dentro da pedra, Michelangelo apenas tirara-o de lá. Então, para Peliano, o lirismo é quando nos abraça o mundo fora de nós, cochicha seu mistério em nossos ouvidos e o pegamos com as mãos da poesia em seus muitos dedos de expressão.

domingo, 4 de março de 2012

Miroslav Holub

http://youtu.be/xX4mlA3ydAc

Sabiduria
La poesía no es una espesura,
no importa cuán deliciosa, donde
el asustado cervatillo del sentido pueda esconderse.
Esta es un historia de sabiduría
aliada a las raíces de la vida.
Y por ello,
en lo oscuro
y ciego.
Un niño pequeño aún no atado
por los grilletes de cáñamo del lenguaje.
Con sólo diez palabras tintineantes
en su lengua.
Dentro de la camisa de fuerza de la enfermedad,
lleva más peso del que un hombre puede soportar.
En una caja blanca que asemeja una montaña de cristal,
ante la que todos los caballeros
se desploman de pies a cabeza.
No hay nada en la mente que
no haya estado en la vida.
(En ese entonces
la meningitis tuberculosa
era frecuente.)
Una noche de Navidad obtuvo sus primeros
juguetes, una jirafa y un coche rojo.
Y en el corredor –lejos de este
continente– había un árbol de Navidad
con lágrimas en los ojos.
No hay nada en la vida que
no haya estado en la mente.
Y el niño pequeño jugaba, en medio
de los síntomas y el valle azul
del cuadro de la fiebre,
Y entre dos punzadas lumbares,
no muy distinto
a estar crucificado,
Jugaba con su jirafa y un coche rojo
que representaban
su corona enjoyada de tiempo,
todas las Navidades y
todos los Duendes del mundo.
Y cuando le preguntamos
qué otra cosa quería
Él dijo con una mirada febril
desde el más allá:
Nada.
La sabiduría no está en las multitudes
sino en el uno.
(En ese tiempo
la meningitis bacilar
aún era fatal.)

Era una muy blanca Navidad,
la nieve hasta las raíces,
el hielo hasta el cielo,
Y el tremor de la montaña de cristal
perceptible bajo nuestras manos.
Y él sólo jugaba. 
Por supuesto
Por supuesto,
la primera filosofía
es la filosofía del hígado, de los riñones,
del músculo cardiaco,
islotes pancreáticos,
médula ósea roja,
y células del tallo,
infinitas en su propio estilo.
En el programa socrático del transplante,
ese discurso del cuerpo, cuchillo y electrónica
un yo no espiritual se cruza con otro,
mientras que un virtuoso automático
toca un solo de violín, acompañado por una orquesta
de trompetas mudas.
Mozart debe haber deseado obtener un riñón,
Spinoza estuvo esperando unos pulmones nuevos,
y Kierkegaard necesitaba un corazón,
o por lo menos una válvula.
Todo en vano.
Puesto que
esa carne sangrienta
en las garras de los pájaros de la caverna de la narcosis
es la única sabiduría verdadera
nueva, real,
y transmisible.


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